El favor de Dios

No hay nada más que podamos hacer para ganar el favor de Dios. Cuando Él nos sella con su Espíritu Santo en el interior de nuestro corazón, nos marca para siempre; es como un sello de fuego que nadie puede borrar y cuya validez es eterna, la-cruz-amorpaga todas nuestras deudas, perdona todos nuestros pecados, sana todas nuestras dolencias, nos hace libres, nos adopta como hijos, pasamos a tener una herencia incorruptible. Él ya no ve más al viejo hombre sino al nuevo hombre que mora en nuestro espíritu.

Es por gracia, es gratis no hay nada que podamos hacer para obtenerlo porque Él ya nos lo regaló. Imagínate esta situación, Dios te regala un cheque donde tú puedes ponerle la cifra que quieras, no hay problemas de fondos y lo mejor es que está firmado con la sangre de su hijo Jesucristo, pero tú crees que es demasiado bueno para que sea verdad y lo guardas en un cajón como un buen recuerdo y sigues con tu vida. Piensas voy sacrificarme y a trabajar duro para ganarme el salario que Dios quiera pagarme, aunque me enferme seguiré trabajando es la única forma que podré ganarme su favor.

 

Podemos pensar que cuanto más le busquemos, cuanto más leamos su Palabra o cuanto más le sirvamos con nuestras actividades en la iglesia vamos a ganar su favor. Pero no es por sacrificios, no es por obrfavor-de-diosas, es por gracia y cuando comprendemos que Él nos ama, cuando comprendemos que Él lo dio todo de forma desinteresada, dejamos hacer el esfuerzo, dejamos de buscarle con religiosidad y dejamos todas las cosas que hacemos para ganarnos su favor y comenzamos hacerlas motivados por su amor.

 

Él nos dice todo te pertenece, todo es tuyo, puedes tomar lo que quieras te pertenece y si no tomas nada seguiré amándote y seguiré sonriéndote y si tomas todo te amaría de la misma forma porque eres mi hijo, porque te amo y nada va a cambiar eso.

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Cuando entiendas que el Espíritu Santo está en ti, que esa marca indeleble en tu corazón es la circuncisión espiritual que nos marca para siempre como sus hijos, comprenderás que ya no hace falta “circuncidarse en el exterior “para ser aceptado.

 

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 2P 1:3 (RV1960)

el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. 2Co 1:22 (RV1960)

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Ef 1:13 (RV1960)

sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. 1Co 3:22-23 (RV1960)

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